La comedia española del siglo XVII ocupa un lugar preponderante en el teatro mundial. Sólo en volumen supera la producción de todos los dramaturgos isabelinos. De hecho, a Lope de Vega se le atribuyen más de 1500 obras, de las que se conservan unas 500. En 1630, sólo en Castilla había más de 60 dramaturgos en activo. El teatro se convirtió en el pulso y el barómetro de la vida española. En el presente curso abordaremos las tres figuras más sobresalientes del teatro barroco: Lope de Vega, el creador del teatro nacional; Tirso de Molina, el mejor dramaturgo religioso de la época y quien fijó para el teatro el mito de don Juan; y Pedro Calderón de la Barca, para muchos el autor de las obras teatrales más perfectas del Siglo de Oro.